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Fotografía: Tony Luciani
La demencia es un territorio explorado únicamente por quien no suele tener la capacidad de interpretar dicho viaje. Las fotografías de Tony Luciani a su madre intentan narrar lo inexpresable.

Según las propias palabras de Tony Luciani, todo comenzó cuando su madre comenzó a interponerse entre el objetivo de su cámara y el objeto a fotografiar, lo que en inglés se llama photobombing; término que incluye la intencionalidad de la acción. Lo que esa actividad tiene de “diversión”, de “arruinar jocosamente un instante”, en el caso del fotógrafo canadiense tuvo otro origen: la demencia de su madre de 91, a la que llevó a vivir con él para poder cuidar. Lo que podría presuponerse una molestia, fue el clic inicial de una cobertura fotográfica de más de cuatro años; la intención de buscarle a su madre un pasatiempo para matar el paso de las horas mutó en una colaboración mutua; en una “evolución de las imágenes”, como llama a la transformación del relato; un retrato diario de su tránsito por la vida. El viaje de su madre a lo profundo de la vejez tuvo como consecuencia la pérdida total de la memoria. Luciani construyó, en una secuencia de 100 fotos elegidas, la biografía de quien fue, sostiene, “alguien que tenía mucho que decir y, con estas imágenes, tuvo la oportunidad de describir solo una pequeña parte”.