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La imaginación crea la realidad
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Hanitrarivo Rasoanaivo | Entrevista

por Javier Martínez


¿Cuál fue tu primera conexión con la música?
Vivía en el selva y la música de mi infancia no fue más que los sonidos de ese selva. Aquello fue y es la música para mí. Mis abuelos y mis padres eran unos cantores increíbles. Ninguno fue a aprender música, era parte de la vida cotidiana. Acompañába nuestras ceremonias tradicionales, nuestras tareas de todos los días y los trabajos domésticos. La música era cantada por nosotros mismos, en gran parte armonías. Había una sola estación de radio, la radio nacional, que pasaba poca música, así que cubríamos esa falta también.

¿Cuáles son los lugares habituales para escuchar música popular en Madagascar?
En estos días, la música se toca en todos lados. Hay más de 10 estaciones de radio, 6 de televisión, clubs y restaurantes que tienen pequeños o medianos escenarios para los músicos. También hay espacios al aire libre disponibles en las estaciones en las que no llueve y algunos pocos locales y festivales de música internacional.

Con tu hermana Noro formaron Tarika Sammy y fueron responsables de cambiar la dirección de la música moderna en Madagascar. ¿Cómo viviste aquel momento?
Cuando Noro y yo comenzamos con Tarika Sammy no teníamos mucho más en la cabeza que cantar y tocar sobre un escenario y, especialmente, mantener nuestras tradiciones vivas y florecientes. Por eso, haber sumado a músicos que tocan instrumentos tradicionales fue parte de la conservación de nuestra tradición. Pensamos que estamos deviniendo en un museo viviente de nuestra música y estilo.

¿Y cómo vivís hoy aquella experiencia?
Estoy muy orgullosa de haber sido el catalizador de la evolución y la prosperidad de la música malgache. Ahora hay un montón de músicos y música tradicional a lo largo y a los ancho de Madagascar.  Pero, al mismo tiempo, estoy bastante triste por la dirección que veo que toman algunos artistas. Por ejemplo, la creación de una música pop malgache con el objetivo de atraer jóvenes hacia un mundo de consumismo y voyeurismo. O la creación de música utilizada como propaganda política, la creación de espectáculos con puestas en escena que apuntan a atraer al turismo sexual y, en el mejor de los casos, sólo turismo. Esto, para mí, es un gran problema y tengo que pensar mucho hacia dónde quiero ir con mi propia música, cuál será el sentido. Las interpretaciones erróneas a menudo conducen a provocar grandes daños. No pensé, en mis primeras épocas como creadora, que iba a provocar el impacto que produje en la vida social y política de los malgaches y de otros en el mundo. Mi música fue escuchada como un mensaje para la gente y, de algún modo, usé eso como herramienta para forjar ideas propias.

Tarika Sammy fue el primer grupo musical malgache liderado por una mujer. ¿Cuáles creés que fueron las razones para que las mujeres malgaches no llegaran a ese lugar antes?
Bueno... En mis comienzos no me hice las preguntas que los periodistas me hacen a lo ancho del mundo. ¿Soy una mujer? ¿Soy joven? ¿Soy negra? En realidad estaba siendo descubierta, por decirlo de algún modo, y tenía gente alrededor ayudándome en la administración del negocio de la música. Las ideas musicales simplemente salían a los saltos de mi cabeza y mi corazón y atravesé las grandes puertas abiertas que tenía delante de mí. Responder esta pregunta se me hace difícil porque se suponía que las mujeres tenían que permanecer en sus casas, cuidando a sus hijos, a sus hombres, haciendo las tareas domésticas... Por eso, no creo que haya pasado por la cabeza de muchas mujeres convertirse en líder de un grupo. Incluso la vida de un hombre como líder de un grupo era desconocida para las mujeres, ¿por qué iban siquiera a pensar en ello? Las mujeres en Madagascar, o en cualquier otro lugar, tuvieron que empezar a pensar en ir a trabajar, en gastar su vida con un trabajo cotidiano, día a día; ¡cuestión que sigue siendo muy compleja en la actualidad! Las mujeres de todo el mundo aún pelean por sus derechos. Entonces, ¡se hace muy difícil pensarse como una líder de un grupo, de gira por todo el mundo y lejos del hogar!

¿Cómo fue recibida tu propuesta musical?
Yo no propuse, impuse. En otras palabras, cuando fui descubierta creé, escribí y grabé. Mi trabajo fue distribuido, escuchado y eso fue todo. A la gente realmente le gustó mi música porque era un concepto nuevo y refrescante, sin nadie entrometido en mis pensamientos.

¿Cómo fue tu encuentro con Ian Anderson? ¿Cuánto contribuyó ese encuentro a que tu música fuera conocida fuera de Madagascar?
Mi encuentro con Ian Anderson en Londres fue pura coincidencia. Sin embargo, cuando lo conocí y conocí su trabajo promocionando música del mundo, y no música mainstream como el pop, el jazz y el rock and roll, me di cuenta de que teníamos muchas cosas en común. Trabajó mucho para promocionar la música de Madagascar, incluso antes de conocernos. Siento un respeto absoluto por lo que él hace en términos de abrir los horizontes de la música y creo que es realmente el único que abre ese camino. Él siempre me dio coraje para continuar mi camino. Fue un encuentro muy positivo.

¿Qué te motivó a dejar de lado Tarika Sammy y fomar Tarika Bé?
Tarika Sammy fue mi comienzo en una bada profesional. Con ese grupo, que personalmente elegí crear, mi lema era crear música tradicional y mantener los instrumentos vivos. Enseguida salimos al mundo y recibimos muy buenas críticas; pero éramos jóvenes y näive en el mundo del negocio de la música. Nuestra vida como banda fue breve pero muy conocida. Yo no discontinué Tarika Sammy; el propio Sammy dejó la banda con su prima Tina. Como hombre e instrumentista, él prefirió abandonar la banda y formar la suya propia con su esposa y su familia. Yo asumo que era porque las ganancias quedarían en familia y porque podía ser el líder. Yo me quedé con mi hermana, sin músicos pero con un montón de ideas y mucha fuerza de voluntad. Como buena mujer fuerte, formé Tarika que significa liderazgo... Creí en mis opiniones sobre cómo crear un grupo; lo creé; lo lideré y, por supuesto, no quería dejarlo ir. Tarika fue floreciendo a lo largo de 11 años. Atravesamos el paraíso y el infierno; trabajamos como esclavos y amos y devinimos, según Time Magazine (EE. UU), como una de las 10 mejores bandas del planeta. De no haber sido por el 11 de septiembre de 2001 que nos encontró de gira por EE. UU., no hubiera recreado mi banda para ser Tarika Bé. Ese suceso hizo que me dieran ganas de volver a Madagascar. Quería estar con mi familia, de regreso en la selva. Nunca volver a tomar un avión. Construí el Centro de Arte Antshow Madagascar y allí estaba yo, soñando con que la gente fuera a Madagascar a vernos tocar y que nosotros no tuviéramos que ir a ningun sitio otra vez. Eso fue todo.  Por supuesto, haber construido el Centro de Arte, reunirme con muchos músicos y descubrir muchos talentos, pensar en tocar en diferentes escenarios o en giras que nunca han de ser y se ramifican en las más diversas formas del arte, me dieron ganas de recrear mi banda. Tarika Bé nació en 2005. Sigue siendo Líder, pero significa grande. Pensamientos maduros, haber ganado experiencia y mirar a horizontes más amplios. He aprendido muchas cosas en estos años y 2011 será el ¡20° aniversario de mi presencia sobre los escenarios!

¿Qué diferencias estéticas encontrás entre ambas bandas?
El sonido es más potente, logramos un mejor balance y la destreza musical es más sólida. Los nuevos miembros de la banda están conmigo desde 2005 y podemos tocar tanto en escenarios pequeños como en grandes festivales de jazz con públicos de más de 50.000 personas, como el
Festival de Jazz de Montreux, etc.

Las canciones de Tarika resaltan los problemas del pueblo de Madagascar y de sus mujeres en particular. ¿Creés que la música puede ayudar a dar solución a esos problemas?
Yo no estoy segura de si mi música puede dar una solución directa a temas tan complejos. Pero una cosa es segura: mi música se usa para tomar conciencia de los diferentes tipos de problemas que existen en la sociedad de hoy. Esto podría aplicarse no sólo a Madagascar, sino al resto del mundo. Cuando hablo de la bestia enfurecida, en mi álbum Bibiango, estoy hablando de la raza humana en general y del medio ambiente en el que vivimos. Lo mismo sucede cuando hablo sobre los senegaleses y el poder colonial. Yo no estoy enfrentando dos países, estoy tratando de llamar la atención de la gente sobre su propia historia, sus propios problemas. Los problemas de las mujeres suceden en todo el mundo. Lo que espero es que la gente pueda empezar a hablar de ellos, compartir puntos de vista y ¡llegar a un acuerdo!

¿Creés que la difusión de tu música va en el sentido de liderar cambios sobre los problemas de género?
¡Absolutamente! 100% segura. De hecho, soy parte del movimiento femenino para cambiar el porcentaje de participación de las mujeres en cargos políticos y públicos del 30% al 50%. Mi música tiene mensajes ocultos para los malgaches y aman ir descubriéndolos poco a poco.

Son Egal es un gran álbum. Con esas canciones, llenas de energia y exhuberancia, la banda logró un suceso que no había tenido previamente. En la canción Sonegaly contás cómo tus ancestros atemorizaban a los niños con los invasores senegaleses. En ese álbum trabajaste con Massamba Diop y Kauwding Cissoko, dos músicos senegaleses de la banda Baaba Maal. ¿Cómo fue trabajar con ellos?
Desafortunadamente, no puedo decir mucho sobre el trabajo con ellos porque sólo se los convocó y se los grabó en un estudio, poniendo su parte sobre música previamente grabada. Ambas bandas, Baaba Maal y Tarika estuvieron de gira por Europa. Porque son talentosos y profesionales, grabaron en apenas 2 horas. La mayoría de lo que hablamos fue sobre técnicas musicales y sobre sus partes en las canciones. Massamba Diop y yo nos hicimos amigos porque me prestó unos talking drums pero, desafortunadamente, Kauwding sólo entraba y salía cuando le correspondía. Ahora está muerto, bendigo su corazón. Tengo muchos buenos recuerdos de la gente con la que investigué la historia de Madagascar, Dakar and Casamance, Senegal... Nunca olvidaré esos momentos tan intensos.

En ese álbum se reflejan tus experiencias trabajando con el testimonio directo de quienes participaron en la revuelta de 1947, que forzó a Francia a llamar a elecciones en la isla. ¿Cuál fue el motivo político que te llevó a trabajar con ese momento histórico?
1997 fue el año del 50° Aniversario de la represalia que los malgaches tomaron con las fuerzas francesas. Y también el 100° Aniversario de la última joven Reina de Madagascar. Ranavalona III fue forzada a dejar el poder y a exiliarse fuera de la isla. Desde que tengo uso de razón, el 29 de marzo de 1947 fue día de duelo por las 100.000 personas que murieron en la batalla. Quise que la gente tomara conciencia y recordara la fuerza y la dignidad que esas personas tuvieron. Ellos peleaban sólo con piedras y lanzas contra armas de fuego. Su fuerza de voluntad, el amor por su tierra, su odio contra los senegaleses... Muchas de estas historias aun permanecen no dichas y ocultas a nuestros ojos. Se suponía que Madagascar era parte de África pero no teníamos relación con África en ese momento. Ni social, ni económica ni políticamente. Por eso, quise hacer un proyecto de reconciliación con Senegal y África, incorporando a mis amigos franceses en el espectro. Esto armó mucho revuelo y, por supuesto, muchas cosas sucedieron desde entonces. Los veteranos de guerra fueron finalmente reconocidos como tales, Madagascar cambió algo sus políticas respecto de África y, finalmente, terminé el 2010 tocando mi talking drum en el Instituto Francés en Dakar. ¡Se hizo realidad!

¿Qué cambios se produjeron en Madagascar en 1960?
Es una pregunta muy amplia, así que trataré de ser breve. Antes que nada, Yo no había nacido en ese entonces así que no puedo estar 100% segura de cuáles fueron los cambios, pero puedo decir algo acerca de lo que ahora está sucediendo y hacer una comparación con los libros de historia y con lo dicho por nuestros abuelos. Aparentemente, teníamos poderosos Reyes y reinas antes de que los franceses invadieran nuestro país. Esos Reyes y reinas poderosos tenían formas de vida y rituales tradicionales y una visión muy propia de lo que debería ser el mundo. Vivían en una hermosa isla con montañas y selvas y mar, un lugar pleno de recursos naturales. Los extranjeros vinieron, negociaron la tierra y el poder por bienes de consumo. Trajeron papeles y lapiceras, automóviles, joyas, ropas... y cristianismo. Al pueblo malgache nunca le gustaron esas cosas, pero dada la situación de desamparo, tanto Reyes y Reinas como el pueblo, se rindieron. Habiendo sido colonizados por años, el pueblo malgache, como muchos otros en el mundo, reclamaron por su independencia. Pero los colonizadores lo tenían todo planeado con anticipación: se la dieron en 1960. Como un pequeño niño abandonado a su suerte, sin saber dónde ir ni qué comer, la colonia sigue siendo dependiente de sus amos. Francia. Así las cosas, los cambios son que no tenemos Reyes y Reinas, muy pocos de nosotros practica las creencias tradicionales, nuestros recursos naturales están siendo socavados y llevados fuera de la isla, y nuestro punto de vista no es considerado válido porque somos un “país subdesarrollado”. Por estas cuestiones, el pueblo malgache no tiene paz ni felicidad.

¿Qué cambios políticos y sociales son necesarios en Madagascar?
¡Muchos! Algunas cosas están cambiando lentamente y algunas a la velocidad de la luz, por supuesto. Pero como en mi experiencia con la música, un cambio debe ser acompañado por un seguimiento cercano, por la formación y el entendimiento porque, de otro modo, el cambio puede suceder pero no lo entenderíamos y podríamos ir en la dirección equivocada.

Contanos acerca de tu trabajo de recuperación del folklore de varias tribus de Madagascar que culminaron con la grabación del álbum D.
Fue un trabajo muy divertido de hacer porque me iba encontrando a mí misma en esa gente que escuchaba y disfrutaba solamente cuando escuchaba nuestra única estación de radio. Realmente, disfrutamos de elegir de entre cerca de 50 canciones para llegar a las pocas que grabamos en D. ¡Pero no todo fue diversión! Como era de esperar, atravesé el infierno con muchos músicos que creían que usaría esas canciones para hacerme famosa y tuve que soportar condiciones indecibles durante unos pocos años. ¡Y fue gracias a una composición mía que escribí para el álbum D, una canción llamada Raitra, que me volví famosa e intocable en Madagascar! Mi propia música acudió en mi ayuda. Es por sus palabras y por su melodía que la gene me considera como su reina, su hija, su hermana, su ídolo, su profeta, su amada... Hasta el día de hoy la gente me reconoce en Madagascar por esa canción. Las estaciones de radio de la vuelta de casa no pasan mucho aquellas canciones retrabajadas, sólo pasan Raitra.

El álbum Soul Makassar captura tu experiencia de una gira por Indonesia. ¿Cómo fue ese viaje?
Ese viaje fue toda una vida para mí. Movilizador, rebosante, rico y hermoso. No puedo describir cómo me sentí cuando llegué a la puerta de la casa de esos músicos que me invitaron a pasar y sentarme a comer una comida que parecía malgache y luego ponernos a tocar infinitas horas. Me sentía como en mi propia casa.

Madagascar pertenece al continente africano pero el origen de sus habitantes es malayo-polinesio. En Soul Makassar parece haber una intención de cruzar ambas cultura. ¿Sentiste que ese era el objetivo?
Nunca tuve la intención de mixturar culturas. Fui a Indonesia a ver aquello que habían descripto los antropólogos, los historiadores y los directores de cine que viajaron por allí. Todos ellos señalaron que los malgaches y los indonesios tenemos cosas en común. Por supuesto, le presté profunda atención a las construcciones musicales, las melodías y las técnicas. Cuando decidí ir a Indonesia por primera vez, no sabía con qué me iba a encontrar, así que no podía tener ningún tipo de intención de hacer nada; sólo ir y sentir. Fue cuando me encontré con músicos y gente con historias que contar que decidí hacer algo con ellos, porque se sentían muy cercanos a mí, como si fuéramos de la misma familia. Tribus indonesias, Torajan, Makassar y Bugis no eran más que la tribu merina para mí.

Aquí, en Argentina, tu trabajo llegó de la mano del sello Putumayo. ¿Qué opinás acerca del proyecto Putumayo y su trabajo con la llamada World Music? ¿Te ha ayudado a difundir tu música en países inesperados?
¡Guau! La verdad es que es increíble. La primera vez que me encontré con el “cacique” de Putumayo yo era muy, muy joven. En realidad modelaba su línea de Ropa de las Islas en la ciudad de Nueva York por aquel entonces. Todavía no tenía el sello discográfico pero sí hacía, todo el tiempo, compilaciones de música en su negocio. Desde entonces, la cosas han cambiado... ¡y Putumayo se convirtió en uno de los más importantes distribuidores de la música del mundo en todo el planeta! Creo que sin un sello discográfico como ese y sin gente como ellos, que han tenido visión de futuro, mi música no hubiera sido conocida ni oída en países como el tuyo. Eso me produce un gran respeto y mucho agradecimiento.

Pensando el término World Music, ¿cuál serían las fronteras?
Una vez más, el término World Music fue inventado por un grupo de profesionales en Londres, en 1987. Somos la consecuencia directa de ese etiquetado que fue usado a lo largo y a lo ancho del planeta. Les estoy agradecida a quienes lo inventaron y lo difundieron. En mi caso, me ayudó muchísimo a tener una exposición más amplia de mi música, porque eso significaba que en lugar de llamarla música folk de Madagascar o Música exótica de las islas o Música tropical de países cálidos mi música simplemente era parte del mundo.
                     
¿Qué significa el éxito para vos?
Significa felicidad, libertad y la posibilidad de hacer lo que siento profundamente dentro de mí.

¿Qué creés que vas a dejarle de legado a las nuevas generaciones de músicos malgaches?
La creatividad de la inconciencia, la capacidad de permanecer firmes sobre la tierra con el orgullo de ser quien sos y no lo que la gente piensa que deberías ser.

¿Qué conciertos recordás particularmente y por qué?
Cada concierto está lleno de recuerdos que puedo traer a la memoria porque tomo notas o una fotografía o filmo o, simplemente, escribo una canción sobre eso. Necesito escribir un libro con todos esos recuerdos, pero te daré algunos ejemplos. Festival La Fállete en Nueva Orleáns. Se desató una terrible tormenta y los técnicos se vieron obligados a empacar todo. La gente se dispersaba, debajo de impermeables y paraguas. De repente, ese lugar al aire libre estaba vacío. Mi hermana Noro subió al escenario y comenzó a hacer algo. Tres o cuatro personas se acercaron al borde del escenario para verla y le hablaron y, de a poco, la gente comenzó a volver. Detrás de escena, la banda y yo, excepto Noro, estábamos practicando nuestro ritual por favor, dejen que el sol salga. En 5 o 7 minutos, paró la tormenta, el sol salió y ¡el campo se llenó de gente! Los técnicos volvieron y reinstalaron todo, mientras cantábamos a capella y hacíamos versiones acústicas hasta que terminaron. Fue hermoso ver seguidores tan fervientes miles de millas lejos de casa. ¡Nos sentimos amados y poderosos! Algo divertido que recuerdo sucedió en Italia. Ni bien me bajé del escenario, seguida por tres guardaespaldas, un grupo de unos 25 hombres y mujeres ¡me agarraron de los muslos! Estaba asustada porque era algo fuera de lo común para mí. Me apuré para llegar al camerino y les pregunté a los guardaespaldas que creían que estaban haciendo. Me pidieron disculpas pero habiéndome visto bailar en el escenario, hicieron una apuesta de mucho dinero sobre si tenía o no unas muy elegantes medias de color piel y que por eso estaba la gente en mi camino ¡para tocarme los muslos como prueba! El último show que hicimos en Dakar, Senegal, me tocó el corazón. Ver a los hombres senegaleses bailar con el sonido de mi talking drum me transportó a la luna. Mi sueño se convirtió en realidad.

¿Qué músicos de los que trabajaron con vos han dejado una huella en tu propia música?  
He trabajado con muchos músicos de todos los géneros y no puedo decir demasiado al respecto, excepto que algunos de los que elegí para tocar en mis grabaciones definitivamente dejaron su huella en mí. Eran invitados y, realmente, me gustaron sus participaciones en mi música. Pero, también, la dejaron intacta y sin cambios porque no salen de gira conmigo. Algunos de ellos han venido a tocar una o dos veces en nuestros shows.

¿Cuál es el balance de la gira que la banda realizó en 2010 por África?
Los resultados los sabré dentro de un tiempo ya que en África hay cosas que funcionan muy lentamente y los efectos se ven sólo un par de años después. Pero estamos empezando a ser conocidos en varios lugares de África. Tocar en Sudáfrica, Swaziland o Dakar es un sueño para mí. Tengo más esperanza de poder continuar desarrollando relaciones con los países africanos.

¿Estás componiendo?
Estoy constantemente componiendo canciones. Donde sea que esté. En este momento estoy en un viaje de investigación para mi próximo disco.

¿Cuándo piensan editarlo?
Estamos por editar nuestro primer DVD, en concordancia con mi 20° aniversario en los escenarios. Después de eso, tenemos que pensar acerca del mejor modo de distribuir la música. La tecnología ha afectado la manera en que la gente compra la música. Pero yo seguiré sosteniendo el componer, hacer giras y tocar dónde y cuándo podamos.