Sonoridades
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Quizás Romeo y Julieta sea la tragedia shakesperiana que, en su versión ballet, más reinterpretaciones ha tenido. La historia de los amantes de Verona ha atravesado océanos de tiempo para recrearse, una y otra vez, en una forma de amor prohibido, fallido en términos de la concreción de la felicidad duradera en el tiempo, socialmente aceptada y reconocida; la ruptura del modelo de amor inequívoco y eterno que se constituye, casi paradójicamente, en un amor para siempre.
De todas ellas, la coreografía de Kenneth MacMillan sobre la música de Sergei Prokofiev es la que se ha convertido en canónica. Y fue la que eligió el bailarín argentino Iñaki Urlezaga para su despedida del Ballet Estable del Teatro Colón, en el año 2018. Pandemia mediante, mucho material de archivo comenzó a circular como un modo de acceso a la cultura y, a su vez, como ejercicio para el público consumidor, que necesariamente tuvo que reacomodar sus hábitos. En la puesta en cuestión, la reposición coreográfica estuvo a cargo de Susan Jones, y contó con Paloma Herrera, como directora del Ballet Estable, y con Enrique Arturo Diemecke, como director de orquesta. Un lujo para los amantes de la danza y los curiosos en general.