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Toda mirada era un festejo de sol, de estar de abismo iluminado
Pepe Barroeta

Miradas

Delfina Bourse
Pinturas

Capas. Colores. Rasgaduras. Volúmenes. Formas. Y cuando parece que uno va a atrapar el sense de las pinturas de Delfina Bourse, algo se escapa. Del mismo modo que se fugan pisos ajedrezados, ramas y flores, trazos, pinceladas. Ver sus pinturas es ver la acción del cuerpo sobre los materiales; intervenciones donde hacer jirones es construir, vacío sobre materia, una lengua pictórica propia. Porque sus pinturas dicen e inquieren, provocan preguntas. ¿Es inocente ese juego con la estética de lo ornamental que nunca termina de serlo? ¿Qué interrumpe esa mancha, esa raspadura, además de una accesible lectura a un modo tranquilizador del arte? ¿Es que, acaso, el mundo es bello, preciso, precioso, sólo de a fragmentos? ¿Puede una obra de arte ser refinada y a la vez interrumpida, rasgada, casi rota? Probablemente no se hallen las respuestas en la selección de cuadros que presentamos en ESTO NO ES UNA REVISTA, pero sí originarán estas y otras preguntas. Y es también en ellas donde reside el efecto del arte de Delfina Bourse.


Silvana Muscio
Fotografías

Las ciudades son objeto de la mirada de todos aquellos que las transitamos. Sin embargo, muchas veces es necesario un recorte particular para que el paisaje urbano se nos presente, más que renovado, nuevo a nuestros ojos. Puede ser Buenos Aires, New York, Nueva Dehli... Allí donde haya ciudad puede estar la cámara de Silvana Muscio para encontrar detalles que la hacen nueva. Apostando al blanco y negro, remite a una fuerte tradición dentro de la fotografía. ESTO NO ES UNA REVISTA les presenta una serie de fotos, caprichosamente compuesta por nosotros, sobre el vasto material fotográfico de nuestra fotógrafa invitada de este número; formada con Alberto Goldenstein, Laura Batkis, Nacho Iasparra y Eduardo Gil. Pasen y vean...


El desarrollo de la Civilización Venidera | Daniel Veronese
por Andrea Barone

Interesante versión de Daniel Veronese sobre el texto “Casa de Muñecas”, de Henrik Ibsen, obra de teatro que se estrenó el 21 de diciembre de 1879 en Copenhague causando mucho revuelo y siendo catalogada por algunos como la primer obra teatral feminista.
Se ponen en escena y en cuestión las posiciones de una mujer y una madre, que muchas de las veces conviven en un mismo cuerpo, al menos en ésta, una versión particular; también una crítica a la concepción del matrimonio sostenido en el siglo XIX, pero apuntando a cuestiones no menos actuales. Se pone en escena lo que es posible que suceda en cualquier época: los particulares modos, acuerdos y ocultamientos de un matrimonio, el de Helmer y Nora, que parecen amarse con locura. Encarnados por Carlos Portaluppi y María Figueras, en excelentes trabajos expresivos, con matices y tonalidades que van de la supuesta inocencia hasta el odio más sostenido.

Entrecruzados en su casa con la Doctora, a la que le da cuerpo Ana Garibaldi, quien convive con ellos, opina, apoya, aconseja e interviene con cada uno, y con la visita de Cristina (Mara Bestelli), una recién llegada amiga de Nora, a la que ésta no ve desde hace tiempo, y que pone en juego el fracaso, la pérdida. Justamente en un momento “exitoso” dado que Helmer está estrenando cargo: es el nuevo presidente de un banco, excusa también para aparecer engrandecido, pavoneándose. Y, así y todo, viéndoselas (a su violento modo) con la pérdida que es también puesta en juego por el abogado (Roly Serrano), despedido por él, quien aparece oportunamente para extorsionar a Nora recordándole viejas cuestiones. Una puesta despojada, que se apoya en un buen texto –con momentos contundentes y un ritmo sostenido, en un tiempo preciso– y en buenas actuaciones, excelentes en la dupla principal.

El Camarín de las Musas | Mario Bravo 960 | Almagro | CABA | Argentina
Tel: 4862-0655
www.elcamarindelasmusas.com
Viernes a las 23:00 hs. | Sábados a las 20:30 hs.

Muñeca | Teresa Sarrail & Sandra Torlucci
por Verónica Miramontes

No hay mejor espectáculo que mirarse por dentro” afirma Armando Discépolo. Y nada mejor para mirarse por dentro que mirarse en cierto teatro. Dejarse atravesar por la ficción, esa otra vida “que no fue la que quisiéramos que fuera, que no hubiera sido o que volviera a ser, aquella vida sin la cual la que tenemos nos resultaría siempre trunca, porque nosotros sólo vivimos parte de la nuestra” (Prólogo a Kathie y el hipopótamo, Mario Vargas Llosa, Seix Barral, 1983). Algo de esto hay en la nueva puesta de Muñeca, texto de Armando Discépolo, llevado a escena bajo la dirección de Teresa Sarrail y Sandra Torlucci.

Antes de comenzar el espectáculo, los actores reciben a los espectadores en un salón, cantando e invitando a cantar unos tangos a capella, mientras se puede degustar una copa de vino. Luego se dará sala y allí veremos a Anselmo, interpretado por Eugenio Soto, un porteño de gran fortuna quien se siente muy feo y está perdidamente –y no así correspondidamente– enamorado de Muñeca, una mujer que no se ha dejado seducir por su fortuna y que lo ha abandonado, se ha ido. Anselmo se verá rodeado de diversos personajes que harán lo posible para encontrar a Muñeca y poder consolarlo.

Una puesta que, llevando al límite los procedimientos del grotesco, nos sume en el mundo de las posibilidades e imposibilidades de lo trágico. Apoyando esta apuesta, la distribución del espacio escénico hace que el público quede integrado en el medio de la obra, conmoviéndolo/moviéndolo con, conviviendo en un mundo donde la actuación, tal como en parte de la vida, se desarrolla a través de la superposición de los contrarios: ricos-pobres, lindos-feos, hombres-mujeres, vida-muerte, ficción-realidad. Y los espectadores formando parte.

La obra de Discépolo moviliza, también, en extremos: de la risa al llanto y a veces conjuntamente. Las actuaciones conmueven por sus emociones estalladas, desbordadas, gestos y cuerpos distorsionados, buscando teatralidad, atravesados. Interesante puesta donde el texto no es solemnizado a pesar de ser un Discépolo; donde el respeto hacia el autor está sostenido en armar la máscara al extremo de las pasiones, en hacer que las emociones sucedan con gran intensidad en ese aquí y ahora, cada vez, en cada función.

Delborde Espacio teatral | Chile 630 | San Telmo | CABA | Argentina
Tel: 4300-6201
www.delborde.com.ar
Viernes a las 22:30 hs. | Sábados a las 20:00 hs.

Breves sobre tablas
por Hernán Belardi

Allá donde fuéramos | Constanza Maral
La actriz Constanza Maral estrenó teatro: Dandelion. Y para su estreno eligió versionar y dirigir Las Troyanas de Eurípides y trasladar esa tragedia griega en plena Guerra de Troya a ese escenario reducido y cálido en el que los gestos mínimos cobran gran dimensión. Contada desde el lado de los perdedores, la versión pone el acento en el dolor de las troyanas que perdían todo en esa guerra: sus hijos, sus esposos, sus hogares y sus vidas; y cuyo destino era ser enviadas esclavas a Grecia. El muy buen uso del espacio escénico y una escenografía atractiva le dan un plus a Allá donde fuéramos; uno de cuyos aciertos está en su mismo comienzo, con las actrices como montículos negros en el suelo, de los que nacen a la escena las mujeres troyanas que acompañan a Constanza Maral en la obra. Los puntos más altos de la actuación están a cargo de la también directora y de Carlos Álvarez.
Teatro Dandelion | Córdoba 2429 1º Derecha | Viernes a las 21:00 hs y Domingos a las 18:00 hs

Amar | Alejandro Catalán
Seis amigos, tres parejas, el mar, una fiesta. Esa es la geografía en la que se desarrolla Amar, la nueva puesta teatral de Alejandro Catalán. El texto producido, creación colectiva de los actores, de acuerdo a las últimas incursiones teóricas y estéticas del director, no alcanza la talla de los muchos aciertos que tiene la puesta: una amplia mayoría de actuaciones sólidas, con algunas destacables como las de Federico Liss, Edgardo Castro y Paula Manzone; una iluminación ajustada que se completa con momentos en que los actores que no participan de la escena central la engrosan con linternas; un muy buen uso de los volúmenes y planos musicales que hacen que el uso de una escenografía escueta se amplíe, llevándola a límites narrativos por fuera de lo que el espectador puede ver. Después de ver la obra, recomendamos entregarse a una picada, acompañada de alguno de los buenos vinos que tiene la carta del teatro.
El camarín de las musas | Mario Bravo 960 | 4862-0655

Soy Rocío | Verónica Schenk
Tina está separada y vive von Rocío, su hija adolescente. Y su núcleo afectivo lo completa un hombre que no funciona como padre sino sólo como amante; un abuelo que sale con una mujer más joven que él; Estrella, una amiga que la ayuda siempre, en toda su vida; el hermano de Tina que seduce a Rocio... Si un marco social le faltaba a este resumen, esa es la época en la que transcurre Soy Rocío: la Argentina presidida por Carlos Saul Menem (vale tocarse allí). Unas olimpíadas matemáticas en Mar del Plata, en la que tiene que participar Rocio, y un negocio que proyectan Tina y Estrella son la puesta familiar en una historia en que madre e hija se parecen al punto de borrar los límites entre ellas. Se destacan las actuaciones de El abuelo y Tina, en un elenco que sostiene la obra con un trabajo preciso. Un adicional: en la escenografía todos los artefactos funcionan: los del baño, la pileta de lavar y la inoxidable televisión prendida todo el tiempo que permite manejar el tiempo cronológico de la obra... hasta llegar a hacer un pequeño video interpretado por Estrella, a punto de casarse...
Anfitrión | Venezuela 3340 | CABA | Sábados a las 23:15hs

Creo en Elvis... | Luciano Cáceres
Elvis Group Corporation es una ciber-empresa que fabrica 4 clones de Elvis Presley, que son comandados por una mujer y un loco que los controlan mediante una especie de control remoto. Los clones son identificados mediante números del 1 al 4, y sus jefes son 0 (La mujer) y -1 (su ayudante). La misión de los Elvis truchos es divulgar que el Rey sigue vivo... Pero algo no cierra y los clones comienzan a analizar las situaciones en que vieron a Elvis y sospechan que estan siendo engañados y que el Rey está muerto. Instalada la duda, el conflicto entre ellos y sus creadores se acrecienta. Creo en Elvis... es una comedia muy entretenida, en la que no faltan canciones del Rey ni situaciones delirantes.
Teatro El Grito | Costa Rica 5459 | CABA | Domingos a las 20:00 hs.

Flame & Citron | Ole Christian Madsen
por Javier Martínez

En países como el nuestro, el cine -como industria- ha instaurado algunos temas centrales en su producción que, no inocentemente, se corresponden con aquellos temas sobre los cuáles ¿se pregunta? la sociedad norteamericana. Y, tampoco inocentemente, gran parte de ellos están vinculados a sucesos bélicos, dos de los cuales, la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Vietnam, siguen siendo de los más representativos y representados. Por eso es interesante, más allá de que no hay un cambio en la puesta ni en la apuesta, ver películas que toman uno de esos temas, hecha en un país no periférico, como lo es Flame & Citron.

La invasión nazi en Dinamarca es el momento histórico en el que se desarrolla esta película que narra la vida de los dos personajes que le dan sus nombres al título. Este dúo, perteneciente a la resistencia contra los nazis, tiene como objetivo limpiar, uno a uno, a todos y cada uno de los invasores y sus colaboradores locales. "No matamos personas, matamos nazis" dice uno de ellos cuando les encargan la muerte de una mujer. Si bien la historia, sabiendo de antemano cómo terminaron muchos de los militantes políticos de la estirpe de Flame & Citron, es previsible en las líneas del desarrollo de su argumento, introduce cuestiones muy interesantes. Una de ellas, por ejemplo, es la función de la obediencia de un soldado y lo que sucede si el soldado duda. Pregunta que introduce, claro, la duda en el soldado clandestino, el militante armado, el matador de nazis. De las ramificaciones del poder, sus mecanismos siniestros, las traiciones, las conspiraciones, el fanatismo, la ambición, la convicción, el dar la vida, se ocupa, profundamente, esta película. Un largometraje en el que se destacan particularmente las escenas de acción, dentro del muy buen trabajo de Madsen, quien no se nota detrás de la cámara y logra una película que, aunque no revoluciona su genética clásica, introduce una voz -y mirada- propia.

Con Thure Lindhardt, Mads Mikkelsen y Stine Stengade | Dinamarca - Alemania | 2008

Breves en pantalla

Invictus | Clint Eastwood
La vida de Nelson Mandela es, más allá de lo que su impronta política e histórica pueda significar para cada quién, una tentación para una industria cinematográfica sedienta de contenidos poderosos que engrosen su -generalmente- escasa fuerza simbólica. Afortunadamente, Invictus estuvo en manos de uno de los más respetables, imprevisibles y sorprendentes republicanos que haya dado eso que llamamos sociedad norteamericana: Clint Eastwood, a quien el propio Mandela autorizó -en el más radical y profundo sentido del término- a llevar al celuloide parte de su movida vida. Y si a ese acierto y a esa fuerza histórica le sumamos al monumental Morgan Freeman puesto en la piel del líder negro, obtendremos una película tan emotiva como cuestionadora, un film que no se contenta con la revisión lisa y llana, sino que abre las puertas a discutir el apartheid y las funciones sociales y morales de los dirigentes políticos con su pueblo, entre otras tantas cosas. Uno de los tantos momentos destacables es aquel en el que Mandela se manifiesta, ante una multitud negra enfervorizada por la caída del régimen apartista, a favor de mantener el nombre Springboks para la selección sudafricana, nombre dado por la minoría blanca y racista.
Con Morgan Freeman y Matt Damon | EEUU | 2009

Carancho | Pablo Trapero
Que exista una película como Carancho dentro del cine que retrata la realidad cotidiana con trazo realista, implica que existe esa realidad siniestra, turbia e indeseable que expone, sin concesiones y sin más golpes que los necesarios (no confundir dureza con golpe bajo). El últimamente afiladísimo Ricardo Darín encarna a Sosa, un abogado que, despojado de su licencia por ilegalidades descubiertas, trabaja para un "estudio" de abogados que se dedica a buscar a damnificados de accidentes de tránsito para ir contra las compañías de seguros a las que les corresponde pagar por el perjuicio, estafando a los beneficiarios de los pagos. En una de esas excursiones en busca de "trabajo", el abogado conoce a Luján, una médica de emergencias, adicta a la morfina, de quien se enamora; personaje interpretado por una notable Martina Gusmán. De allí en más, el entretejido de mugre y poder; de accionar mafioso y esperanza accidentada; de deseo, erotismo y sumisión a los errores del pasado; de ganas de rectificar lo incorregible, se acerca a un modo de justicia que el cine y sólo en el cine, puede lograr para algunas acciones criminales.
Con Ricardo Darín, Martina Gusmán y Carlos Weber | Argentina | 2010

Un día en familia | Hirokazu Kore'eda
Ryota Yokoyama vuelve a la casa familiar en la que pasó toda su infancia en un día de verano con motivo de la conmemoración de la muerte de su hermano mayor en un accidente, acompañado por su esposa y el hijo de ésta. A lo largo del día, entre el calor y la comida reina una atmósfera de saturación. Una madre excesiva en sus cuidados, un padre lacónico y hermitaño, una hija hecha y derecha y un hijo carente de realización profesional se encuentran atrapados ante las dudas y deudas pendientes que trae el recuerdo de un hermano difunto. La muerte como presencia permanente los acerca y separa, trabando  y destrabando el desarrollo individual  de cada uno de los miembros de la familia. En su sexto film y con prolija sensiblidad, Hirokazu Kore'eda muestra en estos caracteres, que sienten mas de lo que dicen, los matices y contradicciones de los afectos.
Con Hiroshi Abe, Yui Natsukawa y Kirin Kiki | Japón | 2008