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Escuchar es un esfuerzo; sólo oir no es mérito. Un pato también oye.
Igor Stravinski

Sonoridades

Camelos y camellos
por Van Gogh i Tysson

San Cono, creen los quinieleros católicos apostólicos romanos, reparte suerte. Lo empezó a hacer ilegalmente en el siglo XVII en Génova, cuando se inventó el filón de las recaudaciones voluntarias de impuestos y las bautizaron con el nombre de Loterías del Estado, y no abandonó la clandestinidad sino hasta 1881 cuando Pío IX (que probablemente ya tendría el dato estadístico de la poca efectividad de sus milagros) lo canoniza y le permite hacer uso legal de sus capacidades especiales. Un estudio reciente de la Universidad de Ciencias Económicas de Bologna devela que fue San Cono quien creó el primer plan de microemprendimientos repartiendo sus súper poderes y talonarios de cupones entre vendedores ambulantes de lotería. Un ejército de desgraciados que circulaba por mercados, tabernas, calles y lupanares, transmitiendo la suerte a los apostadores que rozaban con sus manos sus jorobas, cegueras y demás minusvalías cuando todavía no se hablaba en el dialecto de la correción política.

El primero de los jorobados –trascartón era sordo– que tuvo la suerte de convertirse en músico logrando torcer su destino de vendedor de quinielas fue Quasimodo, quien gracias a una carta de recomendación escrita por Víctor Hugo en 1831 consigue trabajo de campanero en la Notre Dame de la gótica París del siglo XV. Años más tarde, Louis Vierne tiene la suerte de sentar su ceguera al órgano de la misma baticatedral desde 1900 hasta 1937, cuando muere con las botas puestas mientras ejecutaba su concierto n° 1750 (Wikipedia dixit, vaya uno a saber...). Entre los músicos de jazz, que además de tener capacidades especiales para tocar el piano no podían ver a los que tenían la suerte de escucharlos, enlisto y recomiendo a los norteamericanos Art Tatum y Lennie Tristano, al argentino Horacio Larumbe y al catalán Tete Montoliu.

Volviendo a las venerables gibas francesas, acaricio la de Michel Petrucciani, que para muchos fue el más destacado seguidor del estilo de Bill Evans. Nacido el día de los Santos Inocentes de 1962 con una enfermedad ósea que, entre otras calamidades, frenó su crecimiento al llegar a la altura de un piano, pero que no le impidió trepar a la butaca para tocarlo, arreglar y componer con maestría hasta su tremprana muerte que, con una puntualidad bíblica, llegó el Día de Reyes de 1999. De su discografía recomiendo un directo en el Village Vanguard (Sony,1984); Power of Three (Blue Note,1986), con Jim Hall y Wayne Shorter; su concierto en el Théatre des Champs-Elysée (Dreyfus, 1994); y Both Worlds (Dreyfus, 1994), en formación de sexteto.

Los invito a acuclillarse frente a la pantalla para verlo subir rascando los suelos hasta acariciar el piano en el cielo de la ciudad de New York y deleitarse con su Looking Up, que cierra la cuarta y última parte de un documental que lo muestra tal cual era: un gran tipo. Buenas noches y mala suerte pa’la desgracia.

One one | Matthew Herbert
por Alejandro Feijóo

Hablar del pelado Herbert es hacerlo de uno de los referentes ineludibles de la música electrónica de lo que va de siglo. Consciente de que la etiqueta “electrónica” puede atraer y espantar a partes iguales, digamos que las sinapsis del músico, DJ y productor inglés han parido algunas de las mejores pistas de esta década, apreciadas por igual por dancers inquietos, jazzeros más o menos empedernidos, curiosos de los sonidos incidentales y melómanos varios en busca del grial por octavas.

De One One podemos decir que constituye el regreso de Matthew al Herbert más auténtico. Aun sin alcanzar las cotas brillantes de Bodily Functions (2001, !K7 Records), el aire artesanal sigue recorriendo cómodamente la obra. Máxime al oírle cantar, una novedad que los más fanáticos afrontarán abriendo sus botellas de vino dispuestos a debatir qué pasó con MH el día que Dios repartió los registros vocales. Si vas a iniciarte en ese cubo de Rubik que es la discografía de MH, tal vez convenga acercarte al núcleo desde otras esquinas. Pero si eres de los del grial, tienes buena nueva para el resto del año.

http://www.myspace.com/matthewherbert
http://www.matthewherbert.com/

Escuchar Leipzig

Zhu Xiao-Mei en el Teatro Colón
por Lionel Klimkiewicz

En una entrevista otorgada al diario La Nación en el año 2003 Zhu Xiao-Mei decía: “Yo necesito sentir al público desde el escenario. Su silencio y su concentración me ayudan enormemente. Necesito saberlos respirando junto a mí. Yo no deseo ser el centro del espectáculo. Tampoco me gusta vestirme o mostrarme de un modo según el cual mi persona pueda aparecer como lo más importante”. “Yo sé que la gente quiere seguir escuchando música. Pero, para mí, después de terminar el programa ya no hay lugar para otras obras. Espero que los argentinos me entiendan y me hayan disculpado por no haber hecho nada después de las «Variaciones Goldberg». Pero me es imposible volver a comunicarme y a construir la atmósfera apropiada”.

El miércoles 11 de agosto la pianista nacida en Shangai volvió a interpretar la maravillosa obra de Bach en el teatro Colón en el ciclo organizado por Festivales Musicales.  En el programa que recibimos al ingresar a la sala aquellos que tuvimos la dicha de asistir, había un aviso: “la obra se interpretará sin interrupción. Se ruega no aplaudir hasta el final”.

Siendo fiel a sus palabras Xiao Mei recorrió la obra que el gran músico compusiera para que Goldberg, un alumno suyo, tocara en la antecámara del conde de Keyserling en sus noches de insomnio, allá por mediados de 1700. Y la recorrió con un grado de concentración y creando una atmósfera tan especial que a medida que pasaba el tiempo, se producía una metamorfosis en donde el piano y ella eran un solo instrumento, o incluso en momentos culmines, parecía que eran las teclas del piano las que acariciaban a sus dedos. Al mismo tiempo lograba transmitir durante el desarrollo de la obra, los más variados sentimientos: alegría, dolor, tristeza, armonía, delicadeza, tensión y fundamentalmente admiración. El Aria final fue el preludio de un sostenido aplauso, un aplauso que estaba contenido, un aplauso que fue explosión de los cuerpos de la gran cantidad de personas que asistieron al histórico teatro, cuerpos urgidos por demostrar los efectos que la música de Johann Sebastián Bach causa en ellos. Podemos, entonces, entenderla Zhu Xiao-Mei, ya no había lugar para otras obras, ya no hacían falta.

Songs From The Last Century | Guillaume De Chassy & Daniel Yvinec & Paul Motian & Marc Murphy

El pianista Guillaume de Chassy y el bajista Daniel Yvinec, se la pasan bomba. O al menos eso es lo que se escucha en este disco. Una selección ecléctica y elástica que involucra a Geroge & Ira Gershwin, dos Paul: Mc Cartney y Simon, Neil Young, Prince y otros músicos populares, compositores de música de películas... Songs From The Last Century es un delicioso paseo por esa superficie, a priori despareja, suave, delicada y no por ello exenta de emociones fuertes. Paul Motian, en batería, y Marc Murphy, cantando, completan el mapa de este cuarteto que funciona sofisticada, precisamente; maquinaria que traduce a música una forma de escuchar el mundo, de hacerlo sonido. Un disco tan intimista como íntimo, donde hay formas de una nostalgia sin sabor amargo, guiños de cabaret, pequeños reflejos crooner y una escucha que es un placer. Particularmente apto para buena compañía y algún buen vicio en mano.

Escuchar Then I'll Be Tired Of You
Breves a la iltaliana

Danilo Rea es un muy buen pianista. Recién salidito del conservatorio, se metió a nadar en las aguas del jazz. Pero pronto estaría abriendo un universo paralelo (o no tanto) acompañando a estrellas de la música popular italiana. Porque si en otro registro parecen estar sus trabajos con Chet Baker, John Scofield y Joe Lovano, su compilado Introverso (2007) pondrá a consideración de quien lo escucha un amplio surtido de sus virtudes en el piano, de su versatilidad como intérprete y de su buen gusto musical.

Stefano Bollani es un gran pianista. Tiene un plus, un algo más, un modo personal, riguroso, desfachatado y con visos de humor musical, porque, señoras y señores, con el piano en sus manos resulta posible.Cole Porter, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Art Blakey, Frank Sinatra, Art Tatum son algunos de los sonidos que Bollani entrelaza en este muy buen disco llamado Black And Tan Fantasy, tal cual el tema del Duque que está incluido. Como perla, un disparatado La última noche que inmortalizara el Trío Los Panchos.

Con una formación temprana en música clásica, el DJ, músico y productor Nicola Conte se acercó a las vanguardias del jazz y de allí a la mixtura de esa música con la electrónica. Others directions es un disco bisagra, el primero que le editó el prestigioso sello Blue Notes, y en el que Conte toca temas más clásicos sin perder la frescura, el tono lúdico y sus toques de una modernidad entendida como el buen uso de la bossa nova y la música del cine italiano de los años '60 entramados con el jazz.

Juke Joint | Boozoo Bajou

Juke Joint es un término que se usa para llamar a los pequeños barsuchos de cruce de carreteras del sur de los EE.UU. Lugares en los que se puede apostar, escuchar blues, beber aguardiente casera hasta quedar doblado... Ya imaginan de qué hablamos. Tomando ese término como título, el dúo alemán Boozoo Bajou arma una geografía de antro por la cual desfilan (gracias al trabajo de compilación del dúo) algunos amigos. Desde aquel al que la borrachera le pega en un costado dulce y rítmico, al otro que hunde sus manos en el barro de la desesperación; pasando por el viejo de voz rasposa de experiencias y el que nos abraza y nos dice cuánto nos quiere. Y por si fuera poco, los dueños de casa se arman de coraje e intercalan temas propios: mozo que circula entre las mesas escuchándolo todo, cajero que cobra, músico itinerante que se sube al escenario, Boozoo Bajou usa todas y cada una de las perspectivas posibles para ver en detalle a cada uno de los parroquianos que son, sin saberlo, invitados a una fiesta downtempo. John Lee Hooker, Primal Scream, Paul Weller, Groove Armada, Mouse T, Gregory Isaacs, son algunos de los sonidos que disfrutará aquel que abra la puerta del juke joint para dejarse llevar por un mosaico de buena música.

Escuchar Camioux